El Parlamento Europeo ha votado en sesión plenaria la ampliación del Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (ETS II) al transporte por carretera y los edificios.
Hasta ahora el sector estaba excluido y es inadmisible que se plantee su incorporación en estos momentos, cuando no existe una posibilidad real de cambiar a vehículos de cero emisiones en el corto plazo, tal y como señala la Organización Internacional del Transporte (IRU), de la que forma parte la Confederación Española de Transportes de Mercancías (CETM).
La Unión Europea debería tener en cuenta que penalizar a las empresas del sector no es la solución para la descarbonización, puesto para poder lograr una transición justa es necesario que existan alternativas viables para el transporte pesado, que requiere vehículos que utilicen combustibles alternativos pero que sean capaces de soportar largas distancias, al igual que es preciso disponer de puntos de recarga y la infraestructura necesaria.
Ambos organismos coinciden en que la reciente atenuación de las ambiciones de la UE en el despliegue de infraestructura de combustibles alternativos por parte del Consejo Europeo, es una señal más de que el cambio a vehículos cero emisiones no es una prioridad para los Estados miembro de la UE.
La directora de defensa de la UE de IRU, Raluca Marian, dijo: “Acogemos con beneplácito la decisión de los ministros de medio ambiente de la UE de incluir a todos los usuarios de la carretera en el alcance de ETS II y establecer la fecha de inicio en 2028, más realista que la versión del Parlamento y la propuesta original de la Comisión Europea. El Consejo también entendió nuestras preocupaciones sobre la contra-productividad de los impuestos y cobros múltiples y actuó en consecuencia”.
Un aumento de los impuestos no logrará la des-carbonización y solo contribuirá el desgaste de las empresas de transporte de mercancías por carretera. No tienen en cuenta que los transportistas han apostado de manera continua por vehículos más eficientes y responsables con el medioambiente y, además, el impacto de una medida de este calibre será dramático no solo para el transporte, sino para la industria en general.
A diferencia del Parlamento Europeo, el Consejo apoya un RCDE global que no haga distinción entre usuarios privados y comerciales.
Que solo incluya vehículos comerciales enviaría una fuerte señal contraproducente a los ciudadanos y empresas de la UE en contra del papel vital del transporte público, la movilidad colectiva y el transporte eficiente de mercancías en la deriva ecológica de nuestras carreteras. Además, en la práctica, la distinción en la gasolinera entre transporte privado y comercial será casi imposible de implementar, especialmente para vehículos ligeros, lo que haría que todo el sistema fuera efectivamente inaplicable.
Un lanzamiento fijo en 2028 aún puede no ser ideal. IRU insta a una introducción gradual de ETS II, alineada con la tecnología y los desarrollos de infraestructura de carga.
Desde la Confederación Española de Transportes de Mercancías ( CETM ) esperan que el Consejo Europeo reconsidere su postura y opte por una extensión gradual del ETS, acorde con el despliegue de vehículos, infraestructuras y combustibles alternativos.
Fuentes:
Confederación Española de Transportes de Mercancías ( CETM )
Organización Internacional del Transporte (IRU)